Earava era el sucesor natural cuando el fundador dejó el poder. Sin embargo, los más jóvenes enfrentaron a los “sabios” y desconocieron sus consejos eligiendo a Semelle, antiguo discípulo que vivía lejos del maestro y que no estaba involucrado en sus estratagemas por perpetuarse en el poder. El enfado del fundador fue tremendo y maldijo a todos por el terrible error de no haber elegido a Earava.
Este personaje es afable, hasta parece ingenuo en su intercambio social con otras personas; sin embargo, es muy astuto e inescrupuloso cuando se trata de defender el honor del fundador y del SCV, al punto de sacrificar la salud y la vida de otros con tal de mantener el status quo. Él fue uno de los tres discípulos que obligó al fundador a dejar el poder al cual se había aferrado por décadas, porque entendía que la manera de salvar al SCV y al mismo Figari era la renuncia. El fundador fue desterrado al poco tiempo y el SCV se vio inmerso en un proceso de defensa y salvataje ante la evidencia abrumadora de la verdad oculta por años.
El sucesor fue muy claro conmigo cuando lo visité para comentarle sobre los excesos del fundador en cuanto a la comida. Me indicó con su mejor cara de preocupación que él se haría cargo de tratar este asunto con el mismo Figari. Respuestas semejantes les dio a otros de los esclavos que vivíamos para servir a Figari en el palacio del Sol de la Molina. Definitivamente este personaje era conocedor de los males que padecíamos quienes servíamos al fundador, pero, como buenos esclavos, éramos sacrificados para perpetuar la comodidad y el bien del otrora todo poderoso Figari.
Cuando entre fines del 2010 y principios del 2011 Earava se dirige a los miembros consagrados del SCV para revelar parte de la verdad oculta —para la mayoría pero no para todos— sobre Godoko(*), su discurso revela lo que se repetiría luego frente a lo revelado por el libro de Pedro Salinas y Paola Ugaz, Mitad monjes, mitad soldados, un trabajo de contención de daños o manejo de crisis, más no de una sincera y evangélica preocupación por buscar la verdad y practicar la “tan ansiada reconciliación” frente a ella.
Otro ejemplo de esta política de contención de daños y encubrimiento, que vincula a Earava, se dio cuando en el año 2007 se descubre a DMW infraganti en un episodio de pedofilia. El susodicho vivía en Santiago de Chile y estaba en Lima de paso, por lo cual conservaba sus pertenencias en aquel país cuando fue apresado. Earava dio la orden a los miembros de la comunidad de Santiago de Chile en la que vivía DMW que destruyan los CDs que este había dejado y que fueran enviadas a Lima sus cosas. Este acto fue una obstrucción de la justicia y encubrimiento de un crimen atroz como la pedofilia.
El amor de Earava a Figari era tal que, en 1993, este escribe una carta dirigida a quienes vivían en la comunidad de San José como esclavos de Figari, en la cual los exhorta vivamente a ser fieles al fundador, con frases como:
“esfuérzate a por acoger y aprender de tu hermano [Figari] todo cuanto te sea útil para tu camino para tu camino hacia la santidad. Y desconfía con prudencia de tus juicios acerca de ellos, que pueden no estar correctos y son faltas graves de caridad”
En San José los esclavos aprendimos a NUNCA juzgar a Figari, hacerlo era pecado muy grave —falta de caridad grave— y causaba en el corazón una culpa fatal, de la cual me libré después de años. Earava era el principal promotor del culto al fundador:
“escuchemos a LF [Figari] con atención y recordando que el Espíritu Santo constantemente le da luces para que sigamos avanzando en nuestro caminar. Seamos acogedores y cálidos en nuestro trato fraterno, el trato huraño y conflictivo no conduce a nada y es por demás lejano a la mansedumbre del Señor”
Estas y otras palabras alentando al servilismo y a la absoluta sumisión hacia Figari se pueden leer en esta carta, a la que puedes acceder desde AQUÍ.
Quedan muchas cosas más que decir de este personaje y será motivo para seguir narrando sus aventuras y desventuras en otros escritos. Por ahora baste lo descrito para hacerse una idea de la nociva ideología de Figari y del carácter claramente sectario del grupo de poder que rodeaba a Figari, no necesariamente físicamente —pues podían vivir lejos— sino en el “ideal”. Temamos a quienes pueden matar el espíritu y no a los que pueden matar el cuerpo, los primeros son servidores de la oscuridad y quieren arrastrarte hacia ella eternamente.
(*) Tras la muerte de Gokodo, Figari vivió un sufrimiento inenarrable, tuvo que usar un tanque de oxígeno para poder respirar. Sin embargo, luego de algunos días Figari se dedicó a triturar y luego quemar manuscritos y otros textos de Godoko que comprometerían seriamente un proceso de canonización porque revelaban su inclinación sexual y su terrible sufrimiento por la realidad de pecado en la que vivía. Eliminada esta evidencia se impulsó a “toda máquina” y sin escatimar recursos el proceso eclesial para canonizar a Godoko. Se designó un sodálite para impulsar la causa y Figari lo presionaba muchísimo, maltratándolo, para que se apresure el proceso.